Antonio Mohedano

De Malagapedia
Saltar a: navegación, buscar

Antonio Mohedano, pintor nacido en Antequera en 1561 y fallecido en Lucena (Córdoba) en 1625.


Su padre, jurado de Antequera, lo envió a Córdoba a estudiar con Pablo de Céspedes. Céspedes estableció su escuela en esta ciudad en 1577, siendo Mohenado su primer discípulo, inclinándose por la pintura al fresco, disciplina en la que pronto se destacó:

[...] y llegó en este modo de pintar á aventajarse á todos los artistas de su edad en aquel pais. Ántes de comenzar alguna obra meditaba y estudiaba mucho, dibuxando y trazando por el natural, sobre modelos y maniquí que él mismo formaba [...] que había aprendido de su maestro. Así llegó á ser muy feliz en la composición, eligiendo instantes oportunos para poder expresar con claridad y nobleza el asunco: á constrastar con artificio y naturalidad unas figuras con otras, y unos grupos con otros: á dar carácter a los personages y grandiosidad á las formas; [...]. Tuvo mucho gusto en las frutas y en los adornos. [1]

Sus últimos años se estableció en Lucena, donde participó en diversas obras en la Iglesia de San Mateo.


Reconocimientos

Fue un artista apreciado por sus coetáneos, como Francisco Pacheco o Pedro Espinosa, que le dedicó un soneto:

Pues son vuestros pinceles, Mohedano,
Ministro del más vivo entendimiento,
Almas que dan vida al pensamieno
Y lenguas con que habla vuestra mano:
Copiad divino un ángel a lo humano
De aquella que se alegra en mi tormento,
Porque tenga a quien dar del mal que siento
Las quejas que se lleva el ayre vano.
Quando el original me diere enojos,
Qejaréme al retrato, que esto medra
Quien trata amor con quien crueldades usa:
Mas temo que quedeis, viendo sus ojos,
Como quien vio a Campestre o a Medusa,
Enamorado, o convertido en Piedra [2]


Mohedano, aficionado a las letras, también compuso dos sonetos:

En vano es resistir al mal que siento,
Si echada por el suelo mi esperanza,
Sujeta a mi razón con tal pujanza,
Que ni aun libre le dexa el sentimiento:
Así padece y calla el sufrimiento,
Sin esperar del tiempo la mudanza,
Ni es aquesta tormenta la bonanza,
Que siempre ha de soplan contrario el viendo.
Estoy a padecer el mal tan hecho
Que en el bien estaré, si viene, extraño,
Por el mal en sí propio me convierte;
Y temo venga ya, porque sospecho,
Que el bien ha de causar en mí más daño,
Que causa el mal, pues no me da la muerte.

Aguarda, espera, loco pensamiento,
Y no lleves volando la memoria,
A ver la causa de tu amarga historia,
Que doblas la ocasión al sentimiento:

Para el curso veloz y muda intento,
Huye la senda de tu fin notoria,
Pues ves que el mal publica la victoria,
De mi vida vencido el sufrimiento.

Ya pensamiento, cese tu punjanza,
Llegado habemos a la muerte triste,
Posada cierta del dolor amigo.

De ti quiero tomar justa venganza,
Y es, pues que tú contigo me perdiste,
Morirme yo, y perderte a ti conmigo [2]


Obras

En la capilla mayor pintó con motivos de ángeles los plementos de la bóveda del ábside
Realizó la policromía del retablo mayor, que habían labrado Jerónimo Hernández y Juan Bautista Vázquez el Viejo
Realizó el policromado y estofado de un San Pedro, de Pablo de Rojas, de la nave del Evangelio (1590)


Referencias

  1. CEÁN BERMÚDEZ, J.A.: Diccionario histórico de los más ilustres profesores de las Bellas Artes en España. 1800
  2. 2,0 2,1 Flores de poetas ilustres de España, publicado en 1605 en Valladolid por Pedro Espinosa

Principales editores del artículo

Valora este artículo

2.3/5 (4 votos)