Cementerio de Comares
El cementerio de Comares se podría considerar un monumento de nichos blanqueados con una curiosa forma y disposición circular de los cuales, por desgracia, ya quedan pocos, puesto que éstos se han deteriorado con el tiempo y en su lugar se han construido otros nuevos, no respetando su forma original.
Está situado en el extremo oriental de la cresta de la montaña, en el que podemos observar un simulado castillo de reciente construcción, que nos recuerda la primitiva fortaleza que allí existió.
En este lugar, aún existen restos de la fortaleza que ocupó y rodeó el casquete montañoso. El más sobresaliente lo forma el enorme bloque enclavado en la entrada del cementerio, al que denominamos “La Tahona”.
En el interior del cementerio, a pocos pasos de la puerta de entrada, podemos encontrar también los restos de un antiguo aljibe árabe.
Por otra parte, existe una oquedad, también en el interior del cementerio, que en tiempos pasados fue fosa común en la que se arrojaban los féretros. La entrada a esta sima, tiene forma de herradura y continúa en una especie de túnel de unos dos o tres metros, realizado por el hombre. Más adentro, este túnel se convierte en un precipicio subterráneo.
Se cree que este precipicio no tenía fin siendo, en el caso de que lo hubiera, lo hondo de la cañada, donde tendría una hipotética salida. Hay quien dice que este túnel servía de evasión en caso de ataque, otros dicen que en el fondo hay un tesoro o una mansión muslím.
Hoy día esta sima está cegada por el Ayuntamiento.
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