Feria de la aceituna (Alozaina)
La feria de septiembre nos marca a los habitantes de Alozaina el final de la estación festiva, que es el verano, y el inicio de la recogida de la aceituna, el verdeo; el inicio también del curso escolar, en resumidas cuentas, la vuelta a la normalidad. Será por eso por lo que la vivimos con tanta fuerza, con tantas ganas,…
Tantas que hemos conseguido exportarla, compartirla con mucha gente que ahora acude a nuestra feria de la aceituna. Esa perla verde y fresca que es la manzanilla aloreña de Málaga, y que en esos primeros días está aún ligeramente amarga, cautiva a todos un día entre el 12 al 15 de septiembre, en la plaza del pueblo con una cerveza fresca, chacinas y quesos del pueblo.
Ese día le da nombre a la feria: “de la aceituna”. Este producto de calidad y bien aliñado es nuestra mejor seña de identidad, así como su dorado zumo, el aceite de oliva virgen extra.
Lo que ya está asentado como una fiesta indiscutible nuestra, se inició en 1929, cuando Don Francisco Bermúdez del Río, abogado y vecino del pueblo, se le ocurrió la creación de esta feria, que se llamaba entonces “la de septiembre”. Contó para ello con el apoyo de Don Antonio Sánchez Villatoro, alcalde y padre de nuestro querido José Sánchez Campos, más conocido como Pepe Jiménez, Hijo Predilecto de la Villa y a quien se le deben estos breves apuntes históricos.
La feria se celebraba en la Plaza exclusivamente, allí se bailaba, se tomaba helado mantecado, hecho éste totalmente artesanal por los bares que allí lo servían… ¡Y hasta hubo una corrida de toros en dicha plaza! Cuenta Pepe Jiménez que los toreros salían de su casa (donde luego estuvo el teléfono). Fue sobre el año 1935, y el promotor de la corrida fue Frasquito Gil.
También venían compañías de teatro, que la gente dio en llamar “los Cristobitas”, y que tanto éxito tuvieron.
Pero dejemos a un lado la parte festiva y centrémonos en el motivo primero que origina esta y otras ferias, por definición lugar de intercambio donde unos días determinados se acude a realizar transacciones económicas. Ocurría que la importante feria de Ronda, la que tiene lugar sobre el día 10 de septiembre, movilizaba muchas personas y ganado de las comarcas y pueblos colindantes. Los que volvían hacia Coín, hacia Álora, hacían una parada obligada aquí, en Alozaina. Motivo éste más que suficiente para montar una feria de ganado, ya que todo no se vendía en Ronda. Tenía lugar en el llamado Camino del Cementerio, ahora Camino del Mercado.
Y en torno a él chozos de cañizo para vender algún refresco, o no tanto, pasas en aguardiente, por ejemplo. Muchos mirando y algunos comprando; en definitiva un punto de encuentro. Cuenta Mª Ángeles Gaona que se hacían carreras de cintas, que las muchachas bordaban. Primero los concursantes que intentaban cogerlas iban a caballo, y más adelante lo hacían en bicicleta.
Había además carreras de sacos, de saltos de rana,…
Existía otra motivación comercial en la creación de esta feria: se había terminado de recoger la cosecha de higos y un gran número de compradores y aforadores llegaban sobre todo de la vecina Alhaurín El Grande, para ver las distintas partidas y así poder adquirir el producto que sería envasado en dicha localidad en ceretes, cajas de madera, etc. Movimiento de personas que ayudaban a la economía de todos.
En torno al día de la Virgen María, el día 12 de septiembre giraba, y lo sigue haciendo, la fiesta para los que así lo desean. Es la faceta religiosa que acompaña a la mayoría de nuestras fiestas tradicionales.
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