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Verdiales

Panda de Verdiales el 28 de diciembre.

Los Verdiales (o Fiesta de Verdiales) son una manifestación socio-musical de origen campesino, privativa de determinados puntos geográficos en la provincia de Málaga, (Andalucía, España) -comarca de la Axarquía, valle del Guadalhorce y Montes de Málaga.

Consiste en un particular estilo de cante y baile ejecutados con el acompañamiento de una orquestina compuesta por un violín, de dos a cuatro guitarras, un pandero, dos o más pares de platillos (crótalos), varios pares de palillos (castañuelas) y, en algunos de sus estilos, un laúd o bandurria. Cuando tiene lugar una actuación pública este conjunto se completa con la figura del alcalde -una especie de regidor que enarbolando una varilla (vara de mando) apunta a la persona que debe cantar y señala el comienzo y el final de la actuación- y del abanderao, que marcha junto al alcalde al frente de la panda portando y bailando una bandera española, regional o con la figura de la Virgen de los Dolores. Antiguamente otro miembro del grupo portaba una caracola marina adornada con cintas de colores que hacía sonar cuando el grupo se acercaba a los cortijos para avisar de su llegada.

En el argot, al conjunto de tocaores (intérpretes músicos), cantaores (cantantes) y bailaores (bailarines) se le denomina Panda de Verdiales, y a sus actuaciones, compuestas por tres o cuatro coplas, luchas. Al miembro de una panda y al aficionado a los Verdiales se le llama fiestero.

Los Verdiales despiertan interés musicológico y antropológico principalmente por tres motivos:

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  1. Antigüedad: Según flamencólogos como Hipólito Rossy (Teoría del Cante Jondo.- Credsa, Barcelona, 1998) y José Luque Navajas (Málaga en el cante.-El Guadalhorce.-Málaga, 1965) los verdiales son, como poco, la más primitiva forma de fandango malagueño y, casi con seguridad, puede que del andaluz en su conjunto. Alfredo Arrebola (Doctor en Filosofía, flamencólogo y cantaor) llega a afirmar que "el fandango más antiguo que registra la historia flamenca es, exactamente, el de Málaga" con sus dos formas "verdiales y fandangos abandolaos, siendo los más viejos los primeros, incluso anteriores al mismo flamenco" (V Congreso de Folclore Andaluz).
  2. Pureza: Es un fandango campesino que, tal y como expresa Luque Navajas, "debido a su copioso acompañamiento, ha evolucionado muy poco , conservando aún su naturaleza primitiva, de una rudeza y autenticidad impresionantes".
  3. Vitalidad: Al contrario que otras manifestaciones artísticas andaluzas que se desnaturalizaron al desaparecer su contexto cultural y academizarse, los verdiales se han seguido transmitiendo de padres a hijos de manera ininterrumpida hasta la actualidad por lo que se trata de una genuina y rara muestra de folclore vivo.


El Choque

Después de la ofrenda, la primera panda que llegaba a la ermita salía a recibir a la siguiente tocando y ésta le correspondía en la misma forma. El saludo se convertía en un pulso musical consistente en tocar ambas pandas al unísono, aumentando la velocidad del ritmo, hasta que una de ellas perdía el compás o quedaba por debajo de la otra. A éste acto se le llamaba el choque y parece explicar la denominación de lucha que se usa al hablar de una actuación o rato de Fiesta.

El choque en las ermitas donde todos eran conocidos era un acto musical y pacífico. Otra cosa era cuando, en su constante rolar por caminos y veredas, se encontraban durante el recorrido dos pandas de distintos términos. Entonces el choque tomaba una cariz más agresivo, llegando en ocasiones a rajarse las banderas entre los bailaores de ésta, e incluso pasar a mayores.

Estas rivalidades daban momentos de gran tensión y expectación tanto entre aficionados como entre los mismos fiesteros, y en ocasiones el choque podía terminar en una batalla campal. Hacia los años 40 y 50 del pasado siglo el encuentro de pandas del 28 de diciembre tenía lugar en la Venta Galway y se dirimía mediante choques, teniendo que ser el sargento del puesto de la Guardia Civil de Colmenar el que dirimiera su resolución, evitando de este modo las posibles protestas y alteraciones ante el veredicto del combate. Hacia los años 80 el concurso de choques ya no tenia lugar, y no fue hasta 1994 cuando la peña el Revezo de Benagalbón instauró un concurso de Verdiales donde la fiesta se hace a la antigua, con poquitos fiesteros, sin escenarios, sin ropas de blanco y negro, y rodeados de gente; y para abrir boca, a primera hora de la tarde se produce el choque de pandas a la puerta de la iglesia.


Orígenes de los Verdiales

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El origen de los Verdiales es una cuestión controvertida, habiendo predominado durante años la idea de su raíz morisca y su catalogación dentro de los cantes flamencos. Esta hipótesis fue puesta en entredicho conforme algunos investigadores empezaron a interesarse por este folclore malagueño y detectaron que el carácter saturnal, común y gregario de su práctica, la rudeza y copioso acompañamiento de su toque, así como la prenda más distintiva de los fiesteros -el sombrero de flores y lazos- remitían forzosamente a épocas no ya preflamencas o anteriores a la invasión árabe, sino pre-romanas y hasta pre-fenicias.


Estilos

La tradición ha legado a la época actual tres estilos que se designan según la zona geográfica donde han alcanzado prevalencia. Se trata de los estilos de Almogía, Montes y Comares.


Almogía

Se distingue por las siguientes características:

  • Instrumentación: Violín, dos o más guitarras, dos o más platillos, pandero y castañuelas.
  • Compás: Es el más veloz de los tres estilos.
  • Interpretación o toque distintivo: Repiqueteo seguido de los platillos; el pandero se toca con menos golpes, más rasgueos y a veces se hacen florituras con él como golpearse los codos y las rodillas; las guitarras no se puntean, sólo hacen compás y dan las notas para el cante, lo que, según algunos, aumenta la posibilidad de lucimiento de los cantaores en este estilo.
  • El violín, como en los demás estilos, es el último instrumento que se incorpora, convirtiéndose en el director que inicia y finaliza las piezas (luchas), marca los tiempos, acompaña al cante y "canta", haciendo los decires o subías.
  • Cante:
  • Baile y bandera: Por ser el estilo más rápido, el baile tiene más mudanzas y posturas, por ello suele decirse que bailaores y bailaoras tienen que ser "ardillas" para llevar adecuadamente el ritmo con los pies. El baile de la bandera (consistente en girar rítmicamente con gran habilidad una bandera estampada con colores y símbolos comarcales, regionales y nacionales) es muy vistoso porque el rápido ritmo se presta al lucimiento. Se dice que el baile de la bandera es originario de éste estilo.


Montes de Málaga

Se distingue por las siguientes características:

  • Instrumentación: Violín, dos o más guitarras, dos o más platillos, pandero y castañuelas.
  • Compás: Aunque varía según la panda, no debe superar en velocidad al estilo Almogía. En el estilo Montes, la cadencia, vigor, limpieza, continuidad, constancia y precisión del compás constituye la sustancia en la que en contadas ocasiones el oyente experto encuentra el "duende", la "buena fiesta", la esencia o el "Ser" del arte en cuanto arte.
  • Interpretación o toque distintivo: El pandero, que es el instrumento más significativo por ser el más arcaico que se utiliza en la Fiesta, es bastante mayor de diámetro que en los demás estilo y tiene más sonajas, es el único que merece el nombre de pandero, los demás son panderetas. Su toque se distingue por los golpes secos con que marca el compás y por los rasgueos con que acompaña al cante, aquí el pandero no hace florituras, no puede, lleva el mando de la percusión mientras que el violín (instrumento director) da los tonos para el cante y hace los decires. Las castañuelas también forman parte de la percusión, están hechas para manos de mujer, aunque hay hombres que las tocan magistralmente, el primor y la dulzura de la mujer le dan a la fiesta un ritmos más armonioso, más melodioso y menos agresivo. Las guitarras normalmente sólo hacen compás y van dando las notas para el cante. Algunos virtuosos hacen adornos y punteos que resultan muy bonitos y musicales. El violín es el último incorporado a la fiesta y, sin embargo, ha pasado a ser el protagonista absoluto. Sin él no se concibe ésta, es el instrumento director, marca el ritmo de la entrada y señala el final, hace los decires, es decir, canta con los cantaores y sólo. Todo eso lo ha hecho imprescindible.
  • El Estilo Montes está considerado como el más antiguo y mejor conservado por sus formas puras y genuinas.

Geografía

  • El Estilo Montes tiene sus límites geográficos, casi en su totalidad, dentro del término municipal de Málaga. Destacan los partíos de Los Verdiales, Santa Catalina, Venta Larga, Roalabota, Tres Chaperas, Jotrón y Lomillas, Jaboneros, llegando a Santón Pitar donde limita con Comares; Barranco del Sol, que pertenece a Almogía; por Chapera Alta y Los Portales llega hasta Casabermeja y Colmenar; por levante se extiende desde El Palo por La Mosca y Jarazmín a Olías, Totalán, Rincón de la Victoria, Benagalbón y Moclinejo.
  • Con la repoblación forestal quedaron reducidos los términos de éste estilo, pues era en grandes caseríos del Parque Natural de los Montes de Málaga (como Jotrón, Las Vizcaínas, Las Contadoras, Torrijos, El Boticario, Marín, Zorzo y otros) donde con más fuerza estaba arraigada la Fiesta. Con ellos desaparecieron varias ermitas con mucha tradición fiestera como las de Jotrón y El Boticario y también tuvieron que emigrar cientos de familias, las que componían los propietarios y trabajadores de estos terrenos donde hasta principios del siglo XX mantuvo la Fiesta de los Montes de Málaga todo su esplendor. Así, el panorama fiestero de este estilo quedó reducido manteniéndose como último baluarte la ermita de la Virgen de los Dolores, en el partío de Los Verdiales, donde la Fiesta ha sufrido y gozado los envites de la Guerra Civil y la posguerra, el éxodo del campo a la ciudad, el abandono y posterior recuperación de las ermitas y el cambio significativo en los verdaderos motivos tradicionales de ésta Fiesta, la cual ha pasado de tener una razón social participativa a ser un espectáculo expositivo.


Comares

El estilo de Comares es el más rico musicalmente hablando. Esto se debe a que aquí el protagonismo lo tienen las cuerdas. Los platillos, que se tocan repiqueteados, llevan el ritmo con el pandero que en esta modalidad tiene poco lucimiento. El violín, con los melismas árabes y las guitarras, laudes y bandurrias que se tocan punteados, son los instrumentos que le dan a este estilo su sello característico. El baile es muy armonioso y los bailaores tienen más posibilidades de hacer posturas y desplantes.

  • Bailando la bandera: La Fiesta en Comares y sus aledaños (Rio Solano, las Cuevas, El Borge, etc.) se mantuvo como una cosa del pueblo, para celebrar actos sociales de diversa índole como el final de la vendimia, el de la siembra, bodas o bautizos. Se hacía de forma abierta, es decir, tocaban, cantaban y bailaban todos los que sabían; nunca hubo pandas organizadas ni alcaldes ni mayordomos; no se usaba el sombrero de lazos, tampoco se bailaba la bandera; no se conocía el choque ni la rifa. No fueron nunca "tontos" los fiesteros de Comares, ya que no se celebraba la festividad de los Santos Inocentes. Nunca cobraron dinero por actuar, a lo más que se llegaba en esto eran las fiestas comerciales que se celebraban en ventas o tabernas para lucro del dueño. Los fiesteros comían, bebían y disfrutaban de la Fiesta, con esto se consideraban pagados.

Actualmente existen pandas de Verdiales al estilo Comares incluso en zonas de Málaga tan occidentales como Estepona.

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