Sopa mondeña

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Preparando sopa mondeña.JPG

Casi todos los pueblos poseen entre sus platos más típicos y tradicionales un plato de sopa cuya base es el pan sobrante de días anteriores; los diferentes añadidos, propios de cada pueblo, le otorgarán personalidad. Es costumbre en muchos casos que estas sopas se constituyan como único plato del almuerzo, comiéndose acompañada de trozos de pepino, cebolla, melón e incluso naranjas. En el caso de Monda su sopa se ha denominado tradicionalmente sopa de tomate aunque en los últimos años se ha popularizado el apelativo de sopa mondeña para diferenciarla de otras sopas de tomates propias de pueblos vecinos.


Pese a que no es el único plato típico de la gastronomía local, esta sopa tiene tal repercusión de cara al exterior que protagoniza uno de los eventos festivos más importantes en el panorama turístico del municipio. Nos referimos, a la celebración del día de la Sopa Mondeña, que teniendo cada año más aceptación, congrega a jóvenes y mayores en la plaza de la Constitución, en pleno casco antiguo.


Ingredientes

Ingredientes para 4 comensales:

  • 1 pan asentado
  • 1 kg. de tomates (a ser posible de culo)
  • 1/4 kg. de pimientos verdes
  • 4 dientes de ajo
  • 2 dedos de aceite
  • sal
  • agua
  • 4 huevos

Elaboración

El modo de preparación es el que a continuación se describe; en una sartén, con un dedo de aceite se hace un refrito (sofrito) con cebollas, pimientos verdes, ajos y, cuando están dorados, se le añade el tomate de culo. Mientras se va haciendo este sofrito, a fuego lento y con la sartén tapada, se trocea el pan a pellizcos y se deposita en un dornillo, que no es más que un recipiente grande de madera manufacturado de una sola pieza a partir de una “teta de chaparro” (nudo del tronco del alcornoque). Cuando el sofrito está listo se le añade agua caliente y sal al gusto, para dejarlo hervir durante unos diez minutos a fuego lento. Transcurrido este tiempo se le añaden huevos y cuando se escalfan se retira todo del fuego y se vuelca sobre el pan que tenemos cortado en el dornillo. Por último se deja reposar hasta que el pan se esponje con el caldo y quede listo para servir.

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