Vinicultura(Cartajima)

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Desde muy antiguo, la pequeña villa de Cartajima se preparaba para la elaboración y realización de una bebida que tiene su nacimiento en la tierra que rodea el municipio, un líquido de color dorado entre dulce y fuerte, que no llega ser ni vino fino ni vino blanco, es un caldo especial de nuestra tierra conocido por todos como ¨El Mosto¨.

Mosaico Informativo del Mosto

La elaboración de este producto es parte de nuestra tradición, la cual es pasada de padres a hijos, y ha sido realizada así hasta hace muy poco, aún habiendo pasado por una epidemia de filoxera en el S. XIX donde los viñedos de Cartajima vieron mermada su producción, por no decir que casi desaparecieron, siendo a los años 60 cuando se vuelve a plantar cepas y se comienza nuevamente con la elaboración del vino.

Cuando las máquinas no lo invadían todo y la elaboración de los productos se tenía que hacer de forma artesanal, los hombres de la villa allá por el mes de Septiembre recogían durante días los viñedos que habían estado soleándose todo el mes de Agosto.

Una vez terminada esa ardua tarea de la recogida, los recolectores transportaban el fruto de la vid en mulas que apareaban con seones hasta sus casas para pisarlas o a los lagares de otros vecinos, siendo uno de los lugares más conocidos del lugar y de los de último funcianamiento, "el lagar de José Maireno".

Una vez alli, echaban la uvas en él, y con la ayuda de otros vecinos y ataviándose con botas hasta la rodillas pisaban las uvas de modo artesanal para sacarle todo el líquido al fruto. Realizada esta tarea, y para que quedase bien exprimida toda la uva, ponía sobre los pellejos y los ramos unas tablas con piedras pesadas para terminar de prensarlo y una vez finalizada esta ceremonia, manarian los primeros litros de mosto, que serían alacenados en damajuanas y se dejarían fermentar unos 40 días. Después de este periodo de tiempo, se trasegarían el caldo a otros recipientes y obtendrían el liquido conocido ya por todos como "El Mosto".

En la actualidad el proceso de elaboración es similar, aunque las máquinas han sustituido algunas partes artesanales, pues ya no se usa el lagar para las pisadas de las uvas, ahora el fruto se pone entorno y se prensa hasta sacarles todo el líquido, pero sí se suigue respetando el modo de recogida, el proceso de fermentación, maceración y trasiego.

Así pues, el sentido de la celebración de ¨Las catas de mosto¨ en nuestra villa no es solo ofrecer el producto de un determinado día, es un homenaje a nuestro pasado y a nuestro presente, ya que es un trabajo laborioso que merece ser conocido por todos, siendo además una forma de acercarlos conocimientos de nuestros mayores a los jóvenes, y el producto de nuestra tierra a otras personas. El modo de reconocer ese trabajo es la aportación del caldo en la celebración de la ¨Cata de mosto¨, por parte de los vecinos que ese año hayan realizado vendimia, para su degustación, catas que cada vez tienen mayor renombre, pues obtienen la nota y el reconocimiento por parte de distintos enólogos. Desafortunadamente para muchos las viñas del terreno no dan una gran cantidad de caldo, por lo que no hay suficiente para su producción a gran escala.

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