Alonso Recio Primera Parte
Pocos años después de morir el temido y famoso "Bizco del El Borge", nace el titular de los próximos versos, en estos primeros renglones señala su carta de presentación.
Desde el día en que nacemos
a la muerte caminamos, es deuda que debemos y que todos pagamos.
Lo mismo el rico que el pobre, todos andamos el camino, pero lo vamos andando cada uno con su sino.
Y yo, por mi mala suerte, así lo puedo decir he sido muy desgraciado desde el día en que nací.
Y para que ustedes vean que me quejo con razón de la historia de mi vida os daré una explicación.
Primero voy a decir la fecha en que nací yo el día doce de agosto del año noventa y dos.
Y los nombres de mis padres también los voy a decir: Mi padre fue Alonso Recio, mi madre Isabel Martín.
Los dos honrados sin tacha*, mi padre era de El Borge mi madre era de Almáchar.
Y yo lo soy de Comares, pueblo donde he nacido, Alonso Recio me llamo por mi nombre y apellido.
Lo dicho y por decir todo es la pura verdad, tabién es verdad que tengo treinta y seis años de edad.
Toda esa edad la he pasado en mala situación, pues la he pasado en campo con muy poca distracción.
Tuve una infancia muy triste no recibí ilustración, pero mi padre y mi madre me dieron educación.
Descalzo y medio desnudo pasé mi niñez, fué mucho los dias que me quedé sin comer.
que lo comencé a ganar, hasta la hora presente sin parar de trabajar. |
Unas veces a jornal, otras veces a destajo, siempre he tenido que estar hecho esclavo del trabajo.
No tengo mujer ni hijos, que a mí me den alegría, soy soltero porque no me he casado todavía.
No tengo vicio ninguno, honrado trabajador aunque las gentes publican que tengo el de jugador.
Hasta la edad de veinte años lo pasé muy malamente, pero ni siquiera tuve* ninguna pena presente.
Desde entonces en adelante llegó la intranquilidad de sufrir muchos disgustos que no los puedo olvidar.
Llegué a los veintiún años y metí la mano en quinta, el catorce de febrero me incluyeron en la lista.
Tuve suerte, salí libre pero fué en una ocasión que tenían que ir todos para aprender la instrucción.
El Gobierno por decreto, una ley establece, en mil novecientos doce y yo soy quinto del trece.
La dieron por Real Orden la ley tan severamente, y enseguida comenzó a recoger excedentes.
Yo también tuve que ir lleno de pasión y de ira, el dia quince de Agosto me presente en Algecira.
Allí aprendí la instrucción, no me sirvió para nada, y quedé perteneciendo al regimiento Granada.
De enfermedades no digo que haya sido desgraciado, pero que tampoco he sido gran cosa de afortunado.
He pasado el Colorín, he pasado la Viruela, la fiebre del Paludismo y muchos dolores de muela.
Muchas de ellas me he sacado a cuatro o cinco pesetas, me he quedado a comer gachas, pero el dinero me cuesta. |
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- Luna8 (Discusión |contribuciones) [1]