Diagnostico socioeconómico
Faraján es un pequeño municipio situado en la parte alta del valle del Genal, en el suroeste de la provincia de Málaga. Su escasa población (289 habitantes en 2006) y su situación geográfica le confieren una dinámica socioeconómica peculiar. Desde el punto de vista demográfico, una serie de características lo alejan de la tónica general en Andalucía: se trata de un municipio envejecido (tan sólo el 14,53 % de la población es menor de 20 años y un 30,10 % supera los 65 años), y la proyección demográfica a medio plazo indica que la evolución de la población llevará a una pirámide de población invertida, con las consiguientes consecuencias socioeconómicas, si no se llevan a cabo acciones que inviertan esta dinámica. Otro aspecto importante, que prácticamente no ha variado desde hace décadas, es la paulatina disminución de la población, característica que Faraján comparte con gran parte de los pueblos de esta zona. Ello es debido a dos factores indisociables: por un lado, las escasas perspectivas laborales que el municipio y la zona en general ofrecen, ha hecho que la mayor parte de la población joven se haya visto obligada a emigrar a zonas más favorables, en especial a la costa, donde era más fácil encontrar trabajo. Ello ha provocado, como hemos visto, que el pueblo haya quedado una mayoría de población de más de 65 años. Como muestra de ello, el dato alarmante de que el número de defunciones triplica al de nacimientos. Únicamente en periodo de vacaciones y fiestas se produce un retorno temporal de esta población emigrante, a veces de forma masiva (como en agosto). Desde el punto de vista conómico, existe poca diversificación: la actividad principal, como en todo medio rural, andaluz especialmente, es la agricultura y la ganadería. La mayor parte del término municipal se encuentra poblado de encinas, alcornoques y castaños (la superficie de estos cultivos leñosos llega a cuadruplicar al de cultivos herbáceos y barbechos). El fruto de las dos primeras especies mencionadas sirve para alimentar a los cerdos ibéricos, que abundan en esta zona, y de los que viven no pocas personas. La alimentación y el medio en el que se crían estos cerdos les confieren una calidad extraordinaria (ibérico de bellota). Dada la abrupta topografía de la zona, y como se ha indicado, los cultivos herbáceos y las huertas escasean
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- Zanjuaniegas (Discusión |contribuciones) [1]
