Historia de la Semana Santa de Archidona

De Malagapedia
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Singular: Esta sería la palabra más apropiada para definir la Semana Santa de Archidona.


Esa singularidad queda de manifiesto cuando contemplamos sus maravillosas imágenes, que veneradas desde los siglos XVI-XVII ininterrumpidamente han sido procesionadas por las calles de este pueblo.


Singular por esas tradiciones que tras el Concilio de Trento se sacaron desde los templos para que sirvierán de catequesis viva en las calles y que aún hoy se siguen representando (el Apostolado, las Caídas, la Uia, la Embajada del Angel etc, etc).


Singular por los lazos que unen a las Cofradías con su pueblo, que a lo largo de casi 500 años han sido inquebrantables, incluso en épocas muy difíciles, propiciando esto la conservación de un patrimonio de varios siglos (Coronas, Bordados, Lunas, Cordones de Cristos, Zumba, Sol, Bulas Pontificias, Joyas, etc. etc.)


De esos lazos de unión entre las Cofradías y su pueblo quisiera comentar algo muy próximo y muy lejano a la vez.


En el año 1932 fueron prohibidas las manifestaciones religiosas en las calles por orden gubernativa. En Archidona los cofrades montaron en los templos los tronos con sus titulares y durante el Jueves y el Viernes Santo los velaron y rindieron culto ataviados con sus equipos de procesión. Así mismo ocurrió en el año 33. En el año 34 unos representantes de la Agrupación de Cofradías visitaron al Alcalde para solicitar permiso para sacar las procesiones. El alcalde, Cofrade de la Humildad, les dijo que no estaba en su mano dar ese permiso pero gestiono una audiencia con el Gobernador Civil, este cuando le dijeron el motivo de la visita se echo a reír y accedió a que sacaran “los santos”, pero haciendo responsables de los posibles desordenes a los allí presentes. Allí mismo se extendió y firmó el pertinente acuerdo.


En el seno de la agrupación se decidió sacar una sola procesión el Jueves Santo con los titulares de todas las Cofradías: Jesús Orando en el Huerto, Humildad, Dulcenombre, Expiración, Sepulcro y Nuestra Señora de la Soledad. La gente se tiró a la calle con sus mejores galas, cuando pasaban las imágenes con máximo respeto y devoción, al pasar la presidencia con los hermanos mayores y miembros de la Agrupación los aplaudían y daban vítores, se volvió a repetir hasta que estalló la guerra.


Nada del patrimonio de las Cofradías y de la Iglesia se destruyó en Archidona en aquellos horribles años, prueba inequívoca de unión entre el pueblo y sus Cofradías, haciendo esto que la Semana Santa de Archidona sea diferente a todas y por lo tanto singular.

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