La Hoz de Marín (Archidona)

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Cómo llegar: Desde Archidona, se toma la carretera que va en dirección a Villanueva del Trabuco. A unos dos kilómetros, hay una cantera, frente a la que se encuentra el acceso al paraje de La Hoz del arroyo Marín.

Cuándo ir: Los meses de invierno y primavera son los más recomendables para visitar este paraje, que discurre junto a uno de los afluentes del río Guadalhorce.

Qué comer: En Archidona, los principales platos que se pueden probar son la porra archidonesa, el guisado de patas, el gazpachuelo, las gachas de mosto o la cazuelilla moruna.

Qué comprar: En las panaderías del pueblo se pueden adquirir los típicos molletes de Archidona y el rosco de medio punto. En el Convento de las Monjas Mínimas, se venden dulces como los pestiños. La Villa de Archidona no sólo tiene un amplio patrimonio arquitectónico en su casco urbano, donde el máximo exponente es la plaza Ochavada. También cuenta con interesantes enclaves naturales donde disfrutar de una amplia diversidad vegetal. Ese es el caso del paraje conocido como La Hoz del arroyo Marín, un pequeño valle situado al sur del municipio. Aunque se puede acceder en vehículo a través de un carril de tierra que comienza junto a una cantera, hay quienes apuestan por recorrer a pie un cómodo sendero de casi cinco kilómetros, para así conocer mejor la amplia variedad de la flora autóctona de esta zona.

El camino discurre en paralelo al riachuelo que se conoce como Marín, uno de los afluentes que alimenta con sus aguas al Guadalhorce. En los primeros metros se trata de una dehesa abierta, aunque posteriormente, y de forma paulatina, comienza a estrecharse hasta convertirse en una garganta u hoz.

Junto al cauce se pueden encontrar chopos, olmos y álamos, junto a algunos zarzales, mientras que en sus proximidades predominan los olivos, las encinas y las huertas que pertenecen a algunos cortijos.

Antes de llegar a la zona más angosta del recorrido, el arroyo se cruza con el camino en un agradable rincón ribereño. Allí, las Laguas del Marín topan con las rocas de la sierra formando un hermoso recodo, umbrío gracias a la espesa vegetación y a esa pared pétrea que impiden el paso de los rayos del sol.

-Vegetación autóctona

A partir de allí comienza a verse con mayor nitidez la estrecha garganta que se forma junto al riachuelo, mientras que en las cada vez más escarpadas laderas se observa el disperso bosque autóctono de pinos carrasco, una de las colonias más importantes que se encuentra en la provincia.

En el tramo final de este recorrido, el arroyo Marín comienza a encajonarse y se une más aún al camino, que se beneficia de la sombra que proporciona la arboleda de ribera. Allí hay precisamente una zona habilitada con mesas y bancos de madera, donde pasar una tranquila y amena jornada junto a una formación rocosa que está a la espera de que se acepte su propuesta como Monumento Natural de Andalucía, por sus valores ecológicos y geológicos.

Además de la variada flora, en este coqueto valle se ha detectado la presencia de numerosas aves, entre las que destacan el águila perdicera, el búho real, el azor o el rabilargo. También hay pequeños mamíferos como la garduña o la jineta.

-Lagunas salinas

Junto a este enclave, el municipio de Archidona también cuenta en su patrimonio medioambiental con la Reserva Natural de sus lagunas, conocidas como Grande y Chica. Aunque son zonas húmedas de carácter estacional, durante buena parte del año se observa en ellas la presencia de numerosas aves acuáticas, como son el ánade real, la cerceta común o el zampullín cuellinegro, y reptiles como el galápago leproso.

Ambas lagunas se encuentran próximas a la carretera que discurre entre la Estación de Salinas y Villanueva del Trabuco, desde donde se accede por un camino de tierra.

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