Fiestas de Salares
San Antón
No conocen ni los más mayores de la localidad desde cuando existe esta tradición, tan antigua y que a la que tanta congregación de personas atrae.
Se celebra el segundo fin de semana más cercano al 17 de enero, ya que es en esta fecha el día de este Patrón de Salares. El motivo que se celebre en el segundo fin de semana después de esta fecha, es debido a que muchos hijos del pueblo de Salares trabajan fuera, e incluso viven fuera del municipio y para ellos es más fácil acercarse al pueblo en fin de semana. Bien, y es el segundo fin de semana después del 17, para que no coincida con otros municipios de alrededor que también festejan San Antón.
La fiesta comienza el sábado, primero con la procesión del Santo por las calles del municipio; en mitad de dicha procesión se produce la quemada de cohetes, y todo ello acompañado con la Banda Municipal de Salares, creada en el 2007, a la que ya dedicaremos en otra ocasión un artículo. Es costumbre en Salares, que las chicas del pueblo encienden bengalas durante la procesión del Santo, en distintos puntos del pueblo. Más tarde comienza el baile y la diversión, con la elección de la Reina de las Fiestas.
El domingo tenemos la misa en honor al Patrón, y además es cuando se conoce a los mayordomos entrantes, que serán los encargados de organizar la fiesta para el año siguiente. A continuación, se volverá a procesionar el Santo por las calles del pueblo; esta vez acompañado en romería por un gran número de caballos, mulos, etc. Esta procesión se caracteriza por su gran belleza, ya que en ella podemos ver a un San Antón en su pequeño trono, portado por los muchachos del pueblo, y seguido por los animales en un paisaje, al fondo Salares. La procesión llega a un lugar del municipio, llamado la Era, por hallarse en tiempos atrás una era donde se trillaba. En este lugar es dónde el cura del pueblo bendecirá a los animales, y los caballos inmediatamente después de su bendición saldrán al galope, calle Arrollo arriba.
Una vez terminada la bendición, se terminará la procesión en la Iglesia de Santa Ana, donde los salareños y visitantes se despedirán del Santo hasta el año siguiente. Pero, la fiesta aún no ha terminado, ya que los jinetes irán de casa en casa comiendo tapas, roscos de naranja y vino del terreno. Este hecho es lo que hace tan característica esta fiesta, por ser la única en los alrededores donde se le ofrece algo de comer y algo de beber a los jinetes, y donde se produce un buen ambiente de compañerismo entre salareños y forasteros.
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