Sierra de Tejeda
La Sierra de Tejeda es una formación montañosa perteneciente a la Cordillera Penibética que se encuentra a caballo entre la provincia de Málaga y la de Granada. Junto con las sierras de Almijara y Alhama constituye un mazcizo calizo que hace de frontera física entre ambas provincias, separando la Axarquía de la Depresión de Granada. En estas sierras se encuentra el Parque Natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama.
La Sierra de Tejeda se extiende en dirección oeste-este, a través de un paisaje escarpado que tiene su cumbre en el pico de La Maroma, de 2.066 metros sobre el nivel del mar.
Su nombre proviene de lo abundantes que eran los tejos en el pasado, de los que hoy sólo queda una tejeda, la más meridional de la Península Ibérica. Entre la fauna se pueden ver el águila real y la perdicera, así como a la cabra montés, que tiene en el parque una de las familias más numerosas del país.
Hábitats
En esta sierra, el paisaje ofrece un abrupto y escarpado relieve con grandes y pronunciadas laderas, alternadas con sus características crestas en diversas hileras que delimitando valles y profundos barrancos se van desarrollando perpendicularmente a la línea de costa. Sierra Tejeda, contiene la máxima altura de picos más altos de la provincia de Málaga, con su cumbre “La Maroma” de 2.080 m. de altura.
En Sierra Tejeda, se detectan problemas locales de conservación, pues el mantenimiento de las poblaciones de Alytes dickhilleni en la zona depende en buena medida de las estructuras de aprovechamiento del agua construidas por el hombre, y que el sapo partero utiliza para su reproducción. Los tipos de recipientes más utilizados son las fuentes, los pilares y las albercas. Los principales problema de conservación se concentran en los dos últimos, frecuentes en las zonas medias y bajas de la sierra, y en los que el mantenimiento de un mínimo volumen de agua resulta vital para el sapo partero, ya que su reproducción se prolonga durante gran parte del año. Los cambios producidos en los últimos años en cuanto al uso del agua por las poblaciones de la sierra, han traído consigo el desvío del agua y la inutilización de una parte de las albercas.
Los hábitats más ricos en poblaciones de anfibios están en la vertiente norte de Sierra Tejeda, en un área bastante llana situada en el sector Robledales – Alcaicería. En esta área existe una antigua laguna, semiartificial, denominada “Los Nacimientos de Parrica”, en la que se produce la mayor parte de las poblaciones de anfibios de este sector de la sierra, por lo que su conservación adquiere un especial interés. El uso para riego de las aguas d esta laguna hace que en los últimos años, su volumen haya sufrido notables oscilaciones que deben ser controladas. Es de gran interés mostrar una especial sensibilidad a la protección de estas áreas marginales que para los anfibios, al igual que para otros taxones zoológicos son de vital importancia. En cuanto a los reptiles, solo cabe destacar el notable declive que han sufrido las poblaciones de V. latasi en Sierra Tejeda, producidas por la presión ejercida por el hombre.
Valoración del área en su conjunto
Las poblaciones de anfibios en cualquier caso son escasas presentando una localización dispersa en el área de estudio excepto para Pelobates cultripes, Pelodytes punctatus y Hyla meriodinalis que presentan poblaciones concentradas. Localmente sólo las poblaciones de Rana perezi y Alytes dickhilleni presentan densidades de población abundantes mientras que el resto de anfibios presentan poblaciones con un número escaso de ejemplares en muchos casos. Las especies mejor distribuidas por toda el área son A. dickhilleni, Discoglossus jeanneae y R. perezi. En cuanto a los reptiles, Psammodromus algirus y Malpolon monspessulaus presentan la mayor abundancia de poblaciones en la zona prospectada, siendo junto a otra culebra, Elaphe scalaris las tres especies consideradas ubicuas. Sólo P. algirus y en menor grado Podarcis hispanica, presentan un elevado contingente de individuos en sus poblaciones, siendo catalogadas la mayor parte del resto como escasas.
Tres especies presentan poblaciones concentradas y son Acanthodactylus erythurus, Psammodromus hispanicus y Colude hippocrepis, mientras que el resto las presenta dispersas.
Solamente para Vipera latasi, se considera el área muy importante, mientras que para el resto de reptiles la sierra alcanza un grado de importancia variable en función de la frecuencia y densidad de sus poblaciones. El área de Sierra Tejeda presenta una gran importancia para Alytes dickhilleni. Sus poblaciones, aunque dispersas en su localización, son aún relativamente abundantes en número de individuos, al parecer más abundantes que en otras sierras penibéticas, de ahí la importancia que adquiere esta área para la conservación de la especie. Las restantes especies de anfibios presentan en Sierra Tejeda, con la excepción de Rana perezi, poblaciones dispersas que pueden llegar a ser localmente abundantes. Al ser, en su mayoría, especies relativamente comunes en otras áreas adyacentes, la importancia de Sierra Tejeda no llega a ser del mismo nivel que en el caso del sapo partero. No obstante, hay que destacar a Pelobates cultripes e Hyla meridionales como especies poco comunes a nivel regional y que en Sierra Tejeda presentan importantes efectivos. En cuanto a los reptiles, la sierra es un área importante para Vipera latasti, ya que, sin ser muy abundante en la zona, el número de efectivos de sus poblaciones es superior al de áreas próximas. Para las restantes especies, los datos acumulados indican que Sierra Tejeda es importante como hábitat especialmente para Acanthodactylus erythurus, Podarcis hispanica y Psammodromus.
Por otro lado, hay que destacar que la Consejería de Medio Ambiente consciente del retroceso y desaparición del tejo (taxus baccata) en Andalucía ha realizado en los últimos años inversiones tendentes a la recuperación de tejedas en la Bética. En concreta, en nuestra provincia está llevando a cabo distintas actuaciones, por un importe cercano a los 20 millones de pesetas, para repoblar distintas zonas de los Parques Naturales de Tejeda y Almijara. En total son 25 hectáreas de terreno las que verán crecer de nuevo este emblemático árbol, así como otras especies asociadas a su hábitat natural. Hay que señalar, que el tejo es un árbol de la familia de las taxáceas cuya antigüedad puede remontarse a la friolera de un millón de años. De crecimiento muy lento, puede alcanzar una altura máxima de 15 metros. Muy apreciado por los ebanistas por la resistencia a la intemperie de su madera. Ésta es de color rojizo marrón con vetas de color pardo. Igualmente su flexibilidad ha hecho que se utilice generalmente para la fabricación de toneles, e incluso arcos y ballestas. Se pude encontrar en alturas comprendidas entre los 500 y 1800 metros, aunque podemos encontrarlo a los 2.100 metros, preferentemente en suelos calizos situados en zonas húmedas y umbrías. Al contener un alcaloide muy tóxico, tanto sus hojas aciculadas, ramillas como la madera son venenosas para el hombre y el ganado.
Para ello se realizan distintos trabajos como cerramiento de parcelas, reforestación con implantación vegetal y regeneración natural con protección de árboles existentes. El primero de ellos obedece a la necesidad de excluir determinadas zonas a los herbívoros. Dicho cerramiento se efectuará mediante una malla metálica con las dimensiones suficientes para permitir el paso de los herbívoros más pequeños. Los postes que mantendrán la malla será de madera tratada contra la intemperie. Cada parcela será aproximadamente de una hectárea, con un perímetro óptimo de 400 metros lineales aunque supeditada a las características del terreno. Para la recuperación vegetal de la parcela se procederá a la implantación artificial de especies deseadas, así como a su distribución regular. Con ello se pretende impedir que al no haber rumiantes el terreno quede invadido por especies arbustivas y arbóreas (arces, guillomos, rosales y mostajos). De esta forma se pretende introducir un total de 400 plantas por hectárea dependiendo de si se trata de suelos carbonatados o descarbonatados. En los primeros se repartirán aproximadamente cien unidades de tejo, cien de arce de Granada, cincuenta de ponassa, cincuenta de quejigo, cincuenta de mostajo y otras cincuenta de durillo. En los segundos el número de especies será de cien tejos, cincuenta de arce, cien de melojo, cincuenta de cerezo, cincuenta de mostajo y cincuenta de durillo.
Dadas las condiciones topográficas de los terrenos estas actuaciones se realizan mano a mano, bien con herramientas manuales, bien con azadas mecánicas. Para ello, antes del mes de octubre se han abierto hoyos de 40 centímetros de profundidad con la intención de aprovechar las lluvias otoñales al tiempo que se evitan los intensos fríos del invierto. En los lugares donde hay abundancia de matorral se han abierto previamente calles o fajas. La planta de tejo empleada es de tres a cinco savias y las de quejigo y melojo de dos a tres, provistas todas ellas de un cepellón de cinco litros de capacidad. Esta plantación se realiza desde estos días hasta el próximo mes de enero.
También se pretende regenerar de forma natural esta especie. Para ello, en las áreas donde se encuentren pies de estos árboles se protegerán de forma individual para permitir su recuperación y que en un futuro próximo puedan actuar como “árboles padre” que permitan la regeneración de parcelas o su conversión en reservas semilleros. Previamente se habrán podado y cercado con un perímetro de dos por dos para medir la acción del ganado.
Flora
Hay que señalar, que el nombre de Sierra Tejeda se debe a una especie de árbol, el tejo, que años atrás predominaba en la sierra, dicho árbol se caracterizaba por su color rojo, quedando ya tan sólo unos ejemplares en las zonas más altas. En este parque natural destaca sobre todo especies como el pino, la sabina rastrera, el enebro, el roble melojo, el robledo, el quejigo, la encina, el acebuche, el alcornoque, matas espinosas, matorral y plantas aromáticas como El tomillo. Esta vegetación se ha visto en peligro por la acción del hombre, debido fundamentalmente al pastoreo, tala e incendios forestales.
Fauna
Debido a la diversidad de hábitat que generan sus especiales caracteres geológicos, orográficos y climáticos, esta sierra junto a las Sierras Almijara y Alhama, se declararon Zona Especial de Protección para las Aves (Z.E.P.A.), siguiendo las directivas de la Unión Europea, igualmente fueron incluidas en la Red de Espacios Naturales de Andalucía bajo la figura de Parque Natural. Destaca sin duda la población de grandes águilas que, por su carácter diurno, son fáciles de ver.
También podemos observar, aves menores, pero no menos importantes como las collalbas, los roqueros rojo y solitario, el treparriscos en época invernal y otros muchos, constatan la singular relevancia de estas montañas.
La ardilla, también es otro de los seres fantásticos que podemos observar, la cual llegó también de forma natural a estas proximidades, y que se ha convertido en un complemento trófico que sustituye satisfactoriamente las capturas de conejos cuando estos, por causas de enfermedades en cuya transmisión tiene gran influencia la actuación del hombre, se han hecho más difíciles por escasas.
Pero la fauna, los equilibrios biológicos, no dependen tan solo de estas especies, que por llamativas o frecuentes, son las más perceptibles y conocidas. Otros tal vez más impersonales, más anónimos y desapercibidos, pero igualmente destacables, son los reptiles, anfibios, insectos y murciélagos, en cuya conservación el municipio de Canillas de Aceituno es especialmente importante. Convencidos de ello, el año 2004 se iniciaron encuentros con la fauna del Parque Natural de las Sierras Tejeda y Almijara, intentando dar cabida a los distintos aspectos de la Ecología, Conservación, Educación Ambiental y Convivencia con las especies de fauna de nuestro entorno más próximo.
Debido, a la consciencia de los habitantes de este pueblo con el medio natural que les rodea, todos los años ofrecen una serie de subidas a la Maroma, así como múltiples rutas de senderismo con distintos niveles de dificultad, así como la posibilidad de realizar cualquier otro tipo de actividades en contacto con el medio natural. Así por ejemplo, encontramos la ruta Casa de la Nieve.
Referencia
Principales editores del artículo
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- Faunaiberica (Discusión |contribuciones) [2]
- Pilarr (Discusión |contribuciones) [1]