Lavadero (Montejaque)

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Acto de Inauguración

Inauguración del Lavadero Municipal.
El Lavadero de Montejaque ha abierto sus puertas al público convertido en centro de interpretación para mostrar la historia de una construcción que tuvo un papel fundamental en el municipio.

El presidente de la Diputación asistió a la inauguración del centro, que ha sido rehabilitado.

Se trata de un local, emblema de la arquitectura tradicional, que se ha recuperado y mejorado en su conjunto y que servirá para poner en valor la historia de los lavaderos, a los que diariamente acudían las mujeres para hacer la colada.

La obra de rehabilitación, incluida en los Fondos AEPSA, ha contado con un presupuesto de 25.522€.

El presidente de la Diputación afirmó que la puesta en marcha de este centro sirve para recuperar y mostrar un aspecto de la tradición de Montejaque.

Además, resaltó la importancia de que un lugar al que acudía exclusivamente la población femenina del municipio haya sido inaugurado precisamente en el Día Internacional de las Mujeres. Por su parte, el alcalde de Montejaque manifestó que este centro de interpretación pretende hacer: “Un reconocimiento a todas las mujeres y sobre todo a aquellas que fueron protagonistas en una vida con mayores dificultades”.

Tras el acto de inauguración, algunas vecinas de Montejaque representaron una de las escenas que a diario se producían en los pueblos de entonces.

Representación de un día en el lavadero
En la Fuente Vieja de Montejaque hay ahora un manantial de sabiduría, un pozo de recuerdos, una catarata de vida en la memoria de tantas mujeres que tenían en el antiguo lavadero público el punto de encuentro diario en el que repasaban sus monótonas vidas mientras enjabonaban la ropa.

Restaurado como homenaje a la mujer, el lavadero municipal ha renovado la pila sobre la que se arrodillaban tantas amas de casa en los tiempos en los que el agua escaseaba en los hogares. Hoy fluye como un río que se lleva las penas.

Desde ayer es un Centro de Interpretación para que no caigan en el olvido el sacrificio y el esfuerzo de esas personas que se dejaban media vida cuidando de los demás.

No ha sido causalidad la elección del 8 de marzo, Día de la mujer trabajadora, para inaugurar el lavadero, que contó con el presidente de la Diputación, Salvador Pendón, acompañado por el alcalde del municipio, Miguel Alza, los diputados Jesús Mora y Fernando Centeno, y Miguel Martín Bernardi, coronel jefe del Tercio Alejandro Farnesio IV de la Legión.

Entre los sones del pasodoble Montejaque, la Banda Municipal amenizó una mañana calurosa en el ambiente y cálida en los corazones de esos ciudadanos que rechazan el dicho de que cualquier tiempo pasado fue mejor.

«Este centro que inauguramos es un símbolo del trabajo» resumió el alcalde. Ana María Reyes Pinos se siente dichosa por recuperar un trozo de la memoria del pueblo: «Eran malos tiempos. Este lugar me trae muchos recuerdos, pero hay que reconocer que ha quedado muy bonito».

A su lado, Ana Guzmán López corrobora la opinión de su vecina: «Mi madre trajo al mundo seis varones y una mujer, yo, imagínate las de veces que he acudido al lavadero a frotar la ropa».

María Gallego Pinos aporta otro punto de vista: «Veníamos a lavar la ropa, pero también a contarnos las cosas, a preguntar por los enfermos... Y también nos peleábamos» espeta entre las risas de quienes la escuchan, mujeres que han visto pasar décadas de vida gris, triste, hoy confortable gracias a los avances tecnológicos.

Antonia Hidalgo Benítez y Ana Guzmán pugnan amistosamente por dar a conocer la mejor forma de lavar esa ropa que según el color necesitaba de un tratamiento distinto. «Para dar con una blancura deslumbrante antiguamente utilizábamos ceniza colada, que hacía las veces de la lejía».

Evocación

El Presidente de la Dip. de Málaga firmando el libro de visitas.
No faltó la escenificación y cinco lavanderas evocaron esos malos tiempos que ya afortunadamente no se sufren.

Ana Victoria Guzmán, Inés Gómez, María Gallegos Pinos, María Calle y Ana María Reyes se protegieron la cabeza con el rosquete de tela, para colocar encima la panera con los utensilios necesarios para la faena: la ropa sucia, jabón de borra (que se fabricaba en la casa a base de aceite usado, mezclado con agua y sosa cáustica), el cubo de cinc y la "moñita" con añil.

Mientras enjabonaban, frotaban, aclaraban y escurrían la ropa, las preguntas se sucedían entre ellas. «María, ¿cómo está tu padre, que me han dicho que está pachucho?», «Está mejor», le respondía Ana, que se arrancaba con una copla «de las de antes» para darse ánimo ante la dura tarea.

Inauguración oficial, corte de cinta.

Salvador Pendón asistía embargado por la emoción a una escena que seguro vivió en su pueblo, como los presentes, que terminaron esta emotiva jornada en la plaza del pueblo divirtiéndose con el Juego del Cántaro, que data de la época.

No en vano era el recipiente elegido para llevar el agua de la fuente a sus casas, tarea que recaía en mujeres que, como recordó la presidenta de la Asociación Renacer, Rosa Esteban: «contribuyeron con su trabajo, tesón y sacrificio a los derechos de las mujeres».

Frases

«Este centro que inauguramos es un símbolo del trabajo»

“Un reconocimiento a todas las mujeres y sobre todo a aquellas que fueron protagonistas en una vida con mayores dificultades”.

«Eran malos tiempos. Este lugar me trae muchos recuerdos, pero hay que reconocer que ha quedado muy bonito»

«Mi madre trajo al mundo seis varones y una mujer, yo, imagínate las de veces que he acudido al lavadero a frotar la ropa».

«Veníamos a lavar la ropa, pero también a contarnos las cosas, a preguntar por los enfermos... Y también nos peleábamos»

«Para dar con una blancura deslumbrante antiguamente utilizábamos ceniza colada, que hacía las veces de la lejía».

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