Pablo Ruiz Picasso

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Pablo Ruiz Picasso (n. Málaga, 25 de octubre de 1881 - † Mougins (Francia), 8 de abril de 1973), pintor y escultor.

Biografía

Pablo Ruiz Picasso fue uno de los grandes artistas del siglo XX y quizá el que más fama ha alcanzado fuera del ámbito profesional. Revolucionó el arte y en especial la pintura durante su larga carrera, siendo creador del cubismo.

Picasso es el gran genio del cubismo, y en buena medida su creador. Nace el 25 de octubre de 1881 en la Plaza de la Merced de Málaga, en la planta primera de un edificio de cuatro plantas -hoy convertido en sede de la Fundación Picasso de esta ciudad-, levantado en el lugar antes ocupado por el antiguo Convento de Nuestra Señora de la Paz, tras su desamortización. En esta plaza viviría durante los diez primeros años de su vida.

Escultura de Pablo Ruiz Picasso en la plaza de la Merced de Málaga.

En 1891 se traslada con su padre a La Coruña y en 1895 a Barcelona, que está viviendo el pleno modernismo, con Gaudí a la cabeza, y donde puede estudiar en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona. Su formación se completa entre Barcelona y Madrid.

En cuatro ocasiones volvió Picasso a su Málaga natal, durante los veranos de 1895, 1896 y 1897, y en el invierno de 1900. Distintos dibujos realizados por el artista en esta época reflejan la vida cotidiana de la ciudad, siendo de especial interés sus trabajos sobre el ambiente de los cafés y de los artistas del momento.

Picasso es un pintor precoz. Hacia 1900, cuando tenía 19 años, ya era considerado como un pintor de estilo realista español. De Málaga había traído sus palomas y sus toros. Pinta cuadros como Ciencia y caridad o La primera comunión. También se ha iniciado en el gusto modernista.

En 1900 se traslada a París, que es la capital mundial del arte, y descubre el postimpresionismo de la mano de Nonell y Toulouse-Lautrec, es entonces cuando comienza su aventura personal.

La época azul

Las etapas del arte de Picasso son tantas y tan variadas que hacer una clasificación es algo totalmente arbitrario, pero tradicionalmente se distinguen tres épocas: la época azul, la rosa y el cubismo.

La época azul dura unos cuatro años, de 1900 a 1904 y se desarrolla entre Barcelona y París. En esta época predomina el color azul en sus cuadros, casi monocolores. De este periodo son cuadros como Viejo con guitarra, Arlequín pensativo, Miserables ante el mar, Evocación: El entierro de Casagemas, Mujer acurrucada, Dos mujeres sentadas en un bar, La melancolía y Autorretrato.

Esa es una época que ya marca su personalidad como pintor y es perfectamente identificable su estilo: realismo, intimismo y melancolía, que presiden sus cuadros. Sus motivos son gente pobre y marginal: ciegos, locos, prostitutas, etc. El brazo y La vida son sus dos obras más representativas de esta etapa. Es una época expresionista.

La época rosa

En 1904 se instala definitivamente en París, en una casa vieja del barrio de Montmartre, y adopta el nombre de Picasso (con dos eses). Conoce a algunos de los artistas de la vanguardia de París, como Max Jacob y Guillaume Apollinaire. La época rosa dura unos dos años, de 1904 a 1906.

En este período predominan los colores rosa y azul. Los lienzos se hacen más cálidos y no están exentos de cierto sentimentalismo. Los temas son más alegres: saltimbanquis, payasos, acróbatas, arlequines y desnudos femeninos. Todo ello con un corte clásico. Es una época bastante alegre.

Los cuadros más representativos de esta época son: El abrazo, Dos desnudos, La hija de Fredé, Adolescentes, Gran desnudo en pie, Arlequín, La familia de Arlequín, La familia del saltimbanqui, Muchacho desnudo, El aseo y La señora de Canals, pintado en 1906 con una innovación que le revela como genio de la pintura: pinta su primera máscara sobre el lienzo.

El cubismo

Sin embargo, el genio de Picasso comienza a buscar nuevas formas de expresión. Conoce a Georges Braque, André Derain y Juan Gris. Esta es la etapa más importante del arte de Picasso, y la más transcendente. Comienza en 1906 y termina oficialmente en 1921. En 1907 conoce a Henry Kahnweiler, un rico marchante. Los problemas económicos se terminarían para Picasso, que incluso se convertiría en un hombre rico.

Las señoritas de Aviñón

En 1906 pinta uno de los cuadros más transcendentes de la historia de la pintura: Las señoritas de Aviñón, cuadro que reveló unos planteamientos formales revolucionarios en el arte del siglo XX. En este cuadro se puede observar la profunda impresión que le produjo el arte ibérico expuesto en París, arte prehistórico y popular. Más decisivo para él que el arte expuesto en el Museo del Prado, que ya conocía perfectamente. Era el arte primitivo de su patria. La frontalidad que aparece en las figuras recuerda a las pinturas egipcias. La sencillez de trazos, los desnudos, las máscaras negroides, todo remite a un arte primitivo, pero que ha sido leído y expuesto de tal forma que implica una absoluta modernidad.

A pesar de su aspecto descuidado, no es un cuadro improvisado, sino que para su realización hizo muchos bocetos y estudios. Es, además, un cuadro muy grande y trabajado.

La radical modernidad de este cuadro, casi una revolución, es su descarada agresión al naturalismo. Pierde totalmente el respeto a lo visible, lo que implica que la obra de arte se convierte en un mecanismo mental de creación artística. El espectador debe imaginar la realidad interpretando el cuadro conscientemente y no intuitiva o pasivamente. En este cuadro todas las convenciones literales y todos los detalles, han desaparecido después de un largo trabajo de composición. A base de grandes manchas de color se ha conseguido, no la imagen de un desnudo, sino su símbolo, una figura mágica. Se ha dado un paso decisivo en la historia del arte, de la imitación de la realidad a su interpretación con un lenguaje exclusivamente pictórico.

Este es el cuadro que inicia el camino del cubismo, ya que en él se observa una primera descomposición de las figuras en un afán de simplificar las formas. Los planos se vuelven geométricos y los colores planos. Sus cuadros recuerdan a los de Cézanne.

A esta obra le siguen otras con una estética similar: Joven desnuda, Mujer del abanico, Cabeza de hombre, La fábrica de Horta de Ebro, Naturaleza muerta con vasija, Vaso y libro, Pan y compotera con frutos secos sobre una mesa, Mujer sentada en un sillón.

El cubismo analítico

Picasso continúa investigando en las propiedades de las formas más elementales. Los elementos de las figuras se descomponen en formas geométricas cada vez más pequeñas. Aparecen figuras puras, cuadrados, triángulos, trapecios y trapezoides, y pequeños planos poligonales con algo de volumen, que se consigue gracias a las diferentes intensidades de luz. Los cuadros pierden color y se pinta en blanco, negro o ceniza.

En 1909 Picasso sorprende de nuevo. En Cabeza de mujer los planos se descomponen hasta el infinito y desde todos los puntos de vista. En un cuadro como La mujer en camisa se puede observar el grado de geometrización a que somete a las formas: el triángulo de la cara, las curvas ondulantes en el cuerpo y en el pelo, todo ello pura geometría.

Picasso pretende llevar esta estética a la escultura, intentando representar el tiempo. En 1909 esculpe en bronce Cabeza femenina, cuyo aspecto es muy similar al de sus cuadros. Comienza una obra escultórica que no abandonará nunca.

El cubismo analítico alcanza su esplendor en una serie de retratos: Retratos de D. H. Kahnweiler, Wilhelm Uhde, Ambroise Vollard y Mujer con mandolina. Además de otras obras como La señora del sombrero.

En 1911 comienza a pintar cuadros con formato oval, con lo que se rompe una convención más. Con el formato cuadrado las figuras parecen estar en un espacio, con el oval están sólo sobre la tela, la obra se hace importante por sí misma y no por su relación con la realidad: El aficionado.

El cubismo sintético

Poco a poco los planos se hacen más grandes y aparecen referencias de la realidad, siempre geométricas: cuerdas de guitarra, letras... Los temas son alegres y lúdicos.

En 1913 Picasso hace otra aportación genial a la pintura: el collage. Comienza a incluir en sus cuadros trozos de realidad, periódicos, revistas, maderas, tela, etc. Este será el camino que sigan muchos artistas posteriores. Con ello llegan a la misma conclusión que Duchamp en 1917 con sus ready-made: la obra de arte no tiene porque salir íntegramente de la mano del maestro. Hombre con sombrero, Naturaleza muerta con una silla de rejilla, Naturaleza muerta con violín y fruta, Guitarra, Naturaleza muerta en el que el colage alcanza la tercera dimensión.

En el cubismo sintético las formas son más reconocibles, pero se ha llegado a una absoluta objetividad de la obra de arte. Se pueden crear objetos artísticos salidos de la imaginación, sin interpretar la realidad, creados artificialmente. Mujer en la butaca, La muchacha de la pelliza, Viva Francia, Cabeza, Cabeza de muchacha, Arlequín, Danza, Hombre acodado en una mesa. Con esto prácticamente se llega a la abstracción pura, además se recupera el color.

De esta época son algunas de sus esculturas en chapa, como la serie de Guitarra, o Proyecto para el monumento a Apollinaire.

Desde 1916 Picasso no para de trabajar, pero aunque no faltan obras cubistas comienza a recuperar la figuración en algunos cuadros. Reaparecen los temas de Pierrot y Arlequín y los detalles naturalistas. Paolo vestido de arlequín, Retrato de Ígor Stravinsky, Madre e hijo, Figuras ante un fondo negro, Una anatomía, Caballo destripado, Los tres músicos, La danza. En 1921 se da por concluido oficialmente el cubismo. También se acerca al surrealismo, Figuras a la orilla del mar.

Picasso tras el cubismo

Picasso comienza a trabajar en el mundo del espectáculo, diseña figurines y escenografías para los ballets de Diaguilev, Parada en 1917, Tricornio en 1919.


Picasso se alió con el movimiento surrealista en 1925; Breton declaraba este acercamiento de Picasso calificándolo de «...surrealista dentro del cubismo...»

Se consideran surrealistas las obras del período Dinard (1928-1930), en que Picasso combina lo monstruoso y lo sublime en la composición de figuras medio máquinas medio monstruos de aspecto gigantesco y a veces terrorífico. Esta monumentalidad surrealista de Picasso puede ponerse en paralelo con la de Henry Moore.

El Guernica

El Guernica es, probablemente, la obra cumbre de Picasso, y es una referencia obligada del arte y la cultura occidental. Se trata de un encargo del gobierno republicano que, durante la guerra civil española, solicitó a Picasso con el fin de presentarlo en la exposición de París y ganar adeptos para su causa. El gobierno republicano le hace dos encargos, el otro es Sueño y mentira de Franco. Se trata de una serie de aguatintas y grabados que cuentan una historia, son el antecedente inmediato del cómic moderno, y emparenta directamente con las tiras que Goya había realizado, La captura del bandido maragato. Son tiras de fácil lectura y sin palabras.

El Guernica es un cuadro muy elaborado, para el que se hacen numerosas pruebas. En 1935 Picasso pinta una especie de autobiografía, La minotauromaquia, una serie de grabados donde él mismo aparece en la figura de un toro. Este será el primer aspecto de la obra. En esta época pinta Mujer con estilete, Mujer con vela, Combate entre el toro y el caballo, Minotauro ciego guiado en la noche por una niña, Sueño y mentira de Franco.

El motivo del Guernica es el bombardeo que el 26 de abril de 1937 la aviación alemana hace, en un día de mercado, sobre la población de Guernica (Vizcaya), dejándola virtualmente en ruinas. Los periodistas internacionales relatan inmediatamente las escenas de un drama que conmocionó al mundo. Este es el primer bombardeo aéreo indiscriminado sobre la población civil de la historia.

La elaboración del Guernica se gesta en una serie de obras dibujadas y grabadas en las que se crean los tipos y los personajes que aparecerán en el cuadro. Todas ellas expresan el horror humano, como lo hiciera Goya en Los desastres de la guerra. Esta tarea le lleva cinco meses, pero algunos cuadros de la serie se pintan una vez terminado: Mujer llorando, Mujer gritando. Hizo muchas rectificaciones del proyecto original, hasta deshacerse de todo barroquismo y teatralidad, y dejarlo en lo esencial de la tragedia humana.

El cuadro se expuso el 4 de junio en el pabellón de España de la Exposición Internacional de las Artes y la Industria de la Vida Moderna, en París, y causo una profunda impresión.

Picasso jamás explicó el Guernica, ni sus símbolos. Es un cuadro que habla por sí mismo. Pero es necesario hacer un esfuerzo de interpretación. El aspecto general pertenece al cubismo sintético en blanco y negro.

En el Guernica no hay un solo personaje varón que pueda considerarse de carne y hueso, lo que hay en el suelo es una estatua. Sin embargo, se multiplican por cuatro las mujeres, y hay un niño muerto. Está la madre desesperada por la muerte de su hijo, una mujer desgarrada, una incendiada y otra perpleja. Además, encontramos el símbolo de la feminidad apuntando a la luz que entra por la ventana.

El caballo desbocado es la guerra, el símbolo de la guerra que lleva un obús en la boca. Las casas arden en el interior, lo que es una agresión a la intimidad. La esperanza surge de una flor que crece desde la espada rota que hay en el suelo.

Todavía queda mucho por interpretar del Guernica. La lámpara eléctrica incrementa el espanto de la destrucción, de una tecnología que puede servir para mejorar la vida humana o para destruirla. El toro es el símbolo de lo ibérico y la representación del propio pintor, que como un dios ajeno a la escena mira de frente.

Todo el cuadro es un desarrollo expresivo del horror. El Guernica expresa el horror de la guerra por encima del drama de España. Todavía tendrá que expresar ese mismo horror en otros cuadros, Guerra y paz, El osario, Matanza en Corea.

Una larga vida

Picasso seguirá trabajando hasta su muerte en 1973. Con el tiempo sus cuadros se vuelven más esperanzados y alegres. Pinta La paloma de la paz, En el país de la armonía, Calma y voluptuosidad, La alegría de vivir, etc. En 1945 compone su primera litografía, que inicia una larga serie, practicará la cerámica, el cine y cualquier manifestación artística, Tauromaquia. Picasso es un genio reconocido capaz de vender sus cuadros por sumas astronómicas. Vendió dos cuadros Los dos hermanos y Arlequín sentado por 1.950.000 dólares. Lo más significativo de este periodo es su reinterpretación de grandes cuadros clásicos: Las señoritas a la orilla del Sena (Courbet), Las mujeres de Argel Delacroix, Almuerzo en el campo (Gustave Courbet|Courbet), El rapto de las sabinas (:Wikipedia:Jacques-Louis David|David), David y Betsabé (Lucas Cranach), Retrato de un pintor (El Greco), La ronda nocturna (Rembrandt) y la serie de cincuenta y ocho cuadros de Las meninas (Velázquez). En los últimos años pinta, sobre todo, el paisaje de la costa Azul francesa, donde vive.

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