Santo Entierro (Montejaque)

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Resumen

Santo Entierro

El Viernes Santo en Montejaque, da comienzo a las 10 de la noche, en la que los hermanos de ambas imágenes, acuden a la iglesia para preparar los pasos, así como sus respectivas vestimentas; blancas para los hermanos de la Virgen de los Dolores y Negra para los hermanos de Cristo, a esa hora, la iglesia es un hervidero de gentío, que asisten para ver todos los procesos de preparación del acto, tal y como ocurriera el día anterior.

Ya en la calle, los devotos feligreses esperan con ansiedad, la salida por el pórtico principal de la iglesia, la salida de sus imágenes, para rendirles acto de fidelidad y devoción.

En el momento que toda la banda forma en la entrada a la iglesia, un silencio inunda el ambiente, la impaciencia, las ganas de ver a los Santos en procesión, hasta tal punto, que al borde de un ataque de impaciencia extremo, y con el sonido del primer sonido de baquetas, se rompe con un aplauso extremo, viendo a los pasos salir del templo.

El Camino de la Devoción

Los pasos dividen sus caminos, entre las calles estrechas del municipio, con los fieles seguidores tras de ellos.

La Virgen de los Dolores, se encamina por la calle que va por la parte superior al pórtico de la iglesia, mientras que el Cristo Yacente, enfila calle abajo por la plaza. Los hermanos de ambas imágenes, hacen varias paradas debido al calor, y al cansancio entre el peso, y la conglomeración de gente que se reúnen entre las imágenes.

Cuando las imágenes llegan al cruce que enlaza ambas calles, junto al banco de Unicaja, es la imagen de Cristo, quien se encabeza durante el resto del recorrido, que es por la avenida principal, hasta el cruce de la entrada al municipio, y la Santa Madre, detrás como símbolo del sufrimiento y dolor por la muerte y entierro de su hijo.

El silencio de esta procesión solo se rompe por los acordes de las marchas de música.

Cuando se llega al cruce de la entrada, ambas imágenes dan la vuelta, para volver a la plaza, donde allí, son puestas una enfrente de la otra, y en la que dan varias vueltas a la plaza, siempre en la misma posición, Cristo en cabeza y la Virgen detrás.

En esta ocasión, el momento es especialmente emotivo, debido a que todo el pueblo se sumerge en un profundo sentimiento de pena, y el silencio es el único sonido, que resuena, tal es el punto de emoción, que el ruido del silencio es interrumpido por el llanto.

Es entonces, cuando en plena ebullición de la emoción, suena el himno local; Pasodoble de Montejaque, y los hermanos de ambas imágenes, comienzan el paso, haciendo que ambas imágenes se encuentren una en frente de otra, ambos pasos, al mismo ritmo y movimiento, comienzan a dar una vuelta completa, en el sentido contrario a las agujas del reloj, haciendo que todo el gentío que acude en demasía, pueda ver los pasos.

Una vez finalizado el baile, de ambas imágenes se enfila la subida al pórtico de la iglesia, donde ambas imágenes vuelven a verse otra vez, una enfrente de la otra.

Cuando las imágenes vuelven al templo, la banda de música toca el himno español, y es cuando toda la gente, comienza a aplaudir de emoción, a modo de despedida hasta el año siguiente para ver a sus Santos, en procesión por las calles.

Los Santos

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