Bajando al rio Genal (Gaucín)
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Datos
- Longitud: 8,5km
- Tiempo estimado: de 4 a 5 horas
- Dificultad: media
Descripción
El paseo comienza cerca de la salida de Gaucín hacia Ronda. Al final de la Calle Queipo de LLano (Gaucín) encontramos el bar Portisuelo, y entramos por la calle ascendente que hace esquina con el bar para subir por ella unos 20 metros hasta encontrar un carril a la izquierda que desciende pronunciadamente, estamos a unos 600 metros de altura la cota máxima de nuestro itinerario.
Iniciamos el descenso por este carril teniendo a nuestra izquierda, en el horizonte, las vistas hacia el Valle del Genal, e inmediatamente debajo a la izquierda, la zona conocida como el Avedín donde en los últimos años se ha construido algunas villas. Esta primera parte del camino denota la clara influencia de su cercanía al pueblo, encontramos fincas en explotación agrarias donde podemos ver abundantes almendros, algarrobos, acebuches, olivos, etc. Obviamos el primer desvío a la derecha . Poco tiempo después encontramos las entradas a unas casas por el lado izquierdo, pero nuestro recorrido sigue hacia adelante disfrutando de unas espectaculares vistas entre pinos y alcornoques de la peña del Castillo y de los confines de los valles del Genal y Guadiaro, con la presencia de Gibraltar y las montañas de Marruecos al fondo. Obviamos de nuevo la primera pista a la izquierda continuando hasta que lleguemos a una bifurcación con el cartel “El Paraíso”.
Desde aquí, observamos enfrente la impresionante masa forestal que sube por las laderas del Genal hacia Sierra Crestellina y el rojo perfil de Sierra Bermeja, una gran mancha verde sin la presencia de los pueblos blancos que salpican el valle. Tomaremos el carril de en medio (seguir las señales azules) hacia abajo, destaca poco a poco la presencia de alcornoques que serán muy abundantes durante gran parte del recorrido. Continuamos el descenso hasta el final del carril delante de una gran puerta metálica a la derecha y una angarilla sobre la valla situada en frente nuestro. Abriendo y volviendo a cerrar la angarilla, continuamos por una estrecha senda que seguiremos hasta su unión con un carril más ancho. El camino durante un trecho dejará de tener la anchura necesaria para el paso de vehículos y se convierte en una agradable senda transitable solo a pie, rodeada de algarrobos, acebuches, agaves, lavandas, erguenes, jaras, jaguarzos rosas, etc. Encontraremos una cancela en el medio del camino.
Unos 50 metros antes de llegar a la pista la senda se ensancha un poco, alcanzado el carril lo tomamos hacia la derecha, en descenso, adentrándonos en un bello alcornocal con abundante sotobosque, seguimos hacia delante ignorando el primer carril a la derecha y pasando un poco más adelante otra cancela. Nuestro carril acaba en un ensanche con unas casas muy rusticas a la derecha, a modo de granja con algunos animales. Pasamos la cancela al final de carril, atravesamos el cauce del arroyo y continuamos por la senda al otro lado. En pocos metros la senda se bifurca y nosotros tomamos a la izquierda para lo que debemos abrir la cancela metálica, y continuar llevando siempre la valla metálica a nuestra derecha. Iniciamos un tramo muy bonito de nuestro paseo entre quejigos, que notaremos por la mayor abundancia de hojas secas bajo nuestros pies, vadeamos algunos cauces secos de arroyos disfrutando de un abundante sotobosque de aulagas, brezos, retamas, coscojas, lentiscos, lavandas, etc. De vez en cuando, el inolvidable detalle de las vistas hacia Gibraltar entre los árboles. Seguimos la valla metálica hasta que esta gira 90 grados hacia la derecha y entonces nosotros continuamos de frente por la estrecha senda. Tras unos 100 metros esta parece acabar, o al menos está menos marcada, en una zona más clareada del alcornocal con un sotobosque de jaras. Continuaremos en la misma dirección que llevábamos y en unos 100 metros alcanzamos un ancho carril.
Al llegar al carril lo seguimos hacia la izquierda, entre alcornoques, jaras y brezos hasta llegar al cruce con el siguiente carril que tomamos hacia abajo. En una curva del carril hacia la izquierda, se despeja la vegetación para ofrecernos otras espectaculares vistas hacia Sierra Bermeja, Crestellina, Gibraltar y el Castillo de Gaucín.
Un poco más adelante nos topamos con una pista mayor, que se corresponde con el viejo camino de Estepona a Ronda. Seguimos hacia la derecha en suave descenso, tomando de nuevo la derecha en las dos siguientes bifurcaciones, en dirección hacia el río Genal.
Cien metros después de la segunda bifurcación llegamos a una casa en ruinas donde merece la pena hacer una parada para observar las vistas: Genalguacil sobre una ladera al este, la masa forestal del Valle del Genal, Sierra Crestellina como una sola montaña, el monte Hacho y el castillo de Gaucín y, debajo de nosotros, el río Genal.
Continuamos por el camino que, un poco más adelante parece interrumpido por una gran zanja, hasta llegar al final del mismo cerrado por una gran puerta metálica. Pasamos la puerta y continuamos por la pista en la misma dirección que llevábamos. Estamos aproximándonos al río y ya podemos observar mejor los naranjales, las zonas de inundación, la vegetación de ribera, etc. El camino finaliza en otra gran puerta metálica con pilares de obra donde, tras pasarla, podemos ver la inscripción de que acabamos de dejar el coto Jarraqueque, así llamado por el arroyo del mismo nombre que lo recorre. Nada más pasar hay unos bonitos ruscos a la izquierda.
Si queremos ir a las orillas del río Genal antes de continuar nuestro recorrido debemos tomar el primer desvío a la izquierda, en pocos metros estaremos junto a la corriente de este privilegiado río, cuyo valle estamos recorriendo y que alberga una gran biodiversidad. En sus aguas todavía corretean las nutrias. En el río habremos alcanzado la cota más baja de este recorrido, unos 90 metros sobre el nivel del mar.
Para continuar nuestro recorrido debemos volver al camino en el mismo punto donde lo dejamos, tras el paso de la última puerta metálica. Seguimos adelante entre granados, algarrobos, naranjos y adelfas. Un poco más adelante vadeamos un arroyo por una plataforma de hormigón y unos 20 metros después, en el lado derecho, veremos una angarilla de palos y metal (como referencia, 50 metros antes de los cables eléctricos que cruzan la pista). Utilizaremos esta angarilla para iniciar nuestro paciente ascenso hacia Gaucín. La subida es entre matorrales de lentisco, aulagas, jaras, palmitos, etc., bastante empinada y con pocas sombras por lo que, especialmente en los días más calurosos, habrá que afrontarla con tranquilidad. Mirando al frente podemos observar una gran masa forestal de pinos, el monte Hacho al fondo y, las casas de color naranja de la zona denominada Las Limas, hacia las que vamos a dirigir nuestros pasos.
Un poco más arriba, por la derecha, veremos una zona de tierras y piedras removidas donde es posible encontrar abundantes fósiles, sobre todo de pequeñas caracolas. Merece la pena echar la vista atrás de vez en cuando para disfrutar de las impresionantes panorámicas que nos ofrece el Valle del Genal.
El camino finaliza delante de la puerta metálica de entrada a la casa, justo antes de esta cancela sale una senda hacia la derecha que vamos a tomar para continuar nuestro ascenso. En primer lugar veremos el edificio de las cuadras de caballos a nuestra derecha y un poco más adelante comenzará por la derecha un muro de piedra sustituido más tarde por una valla metálica. Almendros, granados, nísperos, etc., acompañan nuestra subida. Se trata de una zona explotada por las gentes de Gaucín desde hace mucho tiempo, de hecho nos encontramos sobre el viejo camino de Casares. La senda se une un poco más adelante a otra mayor que seguimos hacia arriba, caminando entre alambradas hasta que llegamos a un cruce de caminos. En este punto tomamos el camino de en medio y ya podremos atisbar las primeras casas de Gaucín. Unos 20 metros después y justo antes de cruzar el arroyo de aguas negras que por desgracia trae las aguas fecales del pueblo, tomamos la muy estrecha senda que sale hacia la derecha junto al arroyo. Abriremos para pasar una primera cancela que volveremos a cerrar. Afortunadamente el camino pronto se separa del arroyo alejándonos de los olores. Nos encontramos ahora en la parte más bonita del viejo camino de Casares que seguiremos hasta llegar a las primeras casas de Gaucín. Este es un precioso y estrecho sendero, perfectamente delimitado por antiguos muros de piedra, uno de esos viejos caminos que nos trasmiten la sensación de estar transitando por la historia de algún lugar, caminos recorridos durante cientos de años por innumerables personas que han ido dejando sobre ellos una pequeña parte de si mismos. Recomendamos tomarse el ascenso (unos 25 minutos) con tranquilidad, pues se trata de una pendiente pronunciada, pero también para disfrutar de los múltiples y bellos detalles fruto de la armonía entre hombre y naturaleza: terrazas, almendros, algarrobos, la variada multitud de plantas anuales, y las panorámicas que nos rodean.
Casi al llegar a Gaucín, el sendero ha sido ensanchado, (y posiblemente asfaltado durante la edición de esta guía). Finaliza en una plataforma hormigonada que nos devuelve como premio por haber culminado nuestro ascenso, las inolvidables vistas sobre Gibraltar y el Hacho. Llegamos a las primeras calles de Gaucín.Título del enlace Título del enlace
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