Turismo en Antequera

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Turismo en Antequera

Puntos de interés

El caserío de Antequera se desarrolla en la falda y al pie de los Cerros del Castillo -origen de la Ciudad, con restos del recinto amurallado musulmán- y de la Vera-Cruz, sobre una zona amesetada. Las calles que rodean el castillo conservan reminiscencias de su trazado islámico, con disposición radial y de gran pendiente. Entre ellas destaca el Callejón de la Estrella, cubierto, estrecho y tortuoso, típico de una medina musulmana. Por su forma se aprecian diferencias entre la Zona Alta (alrededor del Portichuelo), y la Zona Baja (El Centro).

Sepulcro de corredor, conforme a la tradición atlántica de dolmen de galería cubierta, construido a base de enormes piedras verticales (ortostatos) y horizontales (cobijas). En su composición en planta se distinguen tres espacios sucesivos a partir de la entrada: un atrio, un corredor y una gran cámara funeraria de 6 m de anchura y 3,5 m de altura, con unas dimensiones colosales y una longitud total hasta el fondo del recinto de 27,5 metros. Presenta peculiaridades muy notables con respecto al megalitismo general europeo, como es el hecho de contar con pilares intermedios y también la presencia de un pozo estrecho y muy profundo en el fondo de la cámara

El dolmen de El Romeral, también llamado cueva de El Romeral, es una sepultura megalítica construida alrededor del año 3800 a. C. Forma parte de un foco dolménico localizado en Antequera.

El más pequeño de los tres dólmenes que forman el Conjunto Arqueológico Dólmenes de Antequera, es de los llamados "de corredor". Puede ser fechado sobre el 2.000 a.C. Se trata de un sepulcro de galería cubierta, formada por un largo corredor segmentado en dos tramos y una cámara de sección cuadrada a la que se accede por medio de una puerta labrada en un monolito. Cada lateral del sepulcro debió estar formado por 16 losas, de las que se conservan catorce en el lateral izquierdo y 15 en el derecho, mientras que la cabecera está compuesta por una sola losa.

Esta interesante plaza urbana es de las más importantes y atractivas de Antequera. Ubicada en el Centro Histórico de la ciudad, un poco al Norte de la Alcazaba y muy próxima a la también importante plaza de San Sebastián, la plaza del Coso Viejo presenta singulares valores arquitectónicos, artísticos y culturales. Presidida por el monumento a caballo del Infante don Fernando de Antequera en bronce, a un lado de la plaza se levanta la fachada barroca del palacio de Nájera, hoy Museo de la ciudad; y enfrente, el bello y alargado edificio de la iglesia y convento de Santa Catalina.

Edificios y monumentos

Arquitectura civil

Usado como cárcel durante la Guerra Civil y convertido hoy en sede del Archivo Histórico de la ciudad, el antiguo Pósito de Antequera está situado en la parte alta de la ciudad. Edificio de gran horizontalidad, consta de tres piezas que que tienen orígenes distintos y diferentes configuraciones formales. Iniciado en 1733 por Tomás de Melgarejo, se desplomó en 1765 siendo reedificado de nuevo. En 1773 se hizo una ampliación, levantando la nave conocida como la Panera.

Situado en la Plaza de San Sebastián a la entrada a la Calle Nueva, se trata de un arco monumental que originalmente fue una capilla callejera construida en el siglo XVIII, época de gran proliferación de este tipo de lugares de culto de imágenes sagradas.

La orden de los Padres Hospitalarios de San Juan de Dios funda convento en Antequera el año 1667, instalándose de manera provisional en el ya existente de Hospital de Santa Ana, que era fruto de la fusión de cinco pequeños hospitales. La Iglesia tiene planta de cruz latina, cúpula en el crucero y cabecera plana. La fachada se realizó con piedra arenisca procedente de las ruinas de la ciudad romana de Singilia Barba. La portada realizada en caliza roja del Torcal, es de composición manierista.

Las obras comenzaron en 1879, paralizándose tras un hundimiento de la estructura en 1881. Se reanudan en 1882 para concluir tres años después. El resultado es un edificio de un cuerpo central al cual se le adosan cuatro naves rectangulares en las esquinas, permitiendo de esta manera poder configurar su interior disponiendo los espacios afines para los diferentes puestos de venta. Para su construcción se utilizan materiales propios de la zona, como el ladrillo.

Uno de los ejemplos más representativos de la arquitectura civil de Antequera, es considerado uno de los edificios mejor conservados con la tipología de antigua casa palaciega antequerana de principios del siglo XVII. La casa-palacio de la Marquesa de Las Escalonias muestra en el exterior el gusto por el manierismo y por la influencia de la tratadística italiana, siendo su fachada principal deudora de un modelo previamente ensayado en la Real Chancillería de Granada.

La construcción de este palacio se remonta a la primera década del siglo XVIII debido a la voluntad de Francisco del Castillo y Fajardo, segundo Marqués de Villadarias, quien entre otros títulos ostentó el de Capitán General de los Ejércitos de su Majestad en Andalucía y Valencia. De estilo barroco con elementos neoclásicos relacionados con los proyectos arquitectónicos de corte borbónico que en la época se realizaban en Madrid, presenta un estilo innovador en la trayectoria de la arquitectura civil antequerana del momento.

El que hoy es museo Municipal de Antequera fue mansión solariega de la familia Eslava, que lo levantó en el primer tercio del siglo XVIII, reutilizando una portada del siglo XVI. Se ubica haciendo esquina en la Plaza del Coso Viejo, a donde se abre su fachada principal, toda ella realizada en ladrillo, en la que destaca la torre-mirador construida por el maestro alarife Nicolás Mejías. Su modelo responde al arquetipo tradicional que en Antequera tiene su cabeza de serie en el Palacio del Conde de la Camorra, reconstruido en nuestros días.

Se construye entre los años 1933 y 1934, siendo autor del proyecto el arquitecto Antonio Sánchez Esteve, quien antes hizo los cines Gades y Municipal de Cádiz, así como el Málaga Cinema, ya desaparecido. El edificio en su conjunto se inserta dentro de la estética del Art Decó, que tanta incidencia tuvo en Europa durante el periodo 1920-1940. En su exterior se advierten profusión de formas angulares, distribución regular de huecos y una acusada simetría, con cuerpos salientes laterales y bandas paralelas horizontales.

Arquitectura militar

  • Alcazaba (Bien de Interés Cultural, 1985):

Ocupaba todo el coronamiento del cerro. Su torre más importante es la del Homenaje, conocida popularmente como Reloj de Papabellotas, de planta angular, midiendo sus lados exteriores 16,75 y 17,70 metros, lo que la convierte en la torre de mayor anchura entre todas las musulmanas andaluzas, con excepción de la Calahorra de Gibraltar. Entre las estancias del interior, hay varias de planta rectangular y cubiertas con bóvedas esquifadas de ladrillo y estuco bastardo. Sobre esta torre se construyó en 1582, un templete campanario renacentista para cobijar la campana de la ciudad.

Construido hacia 1585 en sustitución de la denominada Puerta de la Villa o de la Estepa, siendo corregidor Don Juan Porcel Peralta, caballero de la Orden de Santiago. El autor de la traza, el mismo que de las casas capitulares, fue el arquitecto Francisco de Azurriola. El hueco, en forma de medio punto, se compone de dovelas alargadas de piedra cuya clave se resalta situando en ella un relieve con un jarrón de azucenas. Éste, junto al castillo y el león de la cornisa superior, forman el escudo de la ciudad, a la vista en su cara externa, abierta a la plaza Alta. Se abre en un muro de más de 2 metros de grosor realizado en mampostería, en el que existen inscripciones latinas relativas tanto a la propia Anticaria como a otras ciudades romanas que de sus inmediaciones (Singilia, Nescania, Osqua, etc.) y cuatro grandes lápidas en las que se desarrolla una dedicatoria al monarca Felipe II.

El recinto amurallado de la ciudad data de la época almohade (finales del siglo XII y principios del XIII). Los almohades construyeron un nuevo recinto amurallado completo, que es el que hoy vemos. Eran murallas de tapial y aún en algunos tramos se puede apreciar el ancho de las tablas que sirvieron de encofrado. El aspecto de la ciudad musulmana (Madinat Antaqira) era el de una ciudad media, con un recinto intramuros de 65.000 metros cuadrados, con murallas que se disponían en dos recintos.

Arquitectura religiosa

El Convento de las Agustinas de Antequera se dedicó a la devoción de Nuestra Señora de Monteagudo a principios del siglo XVII cuando recibió la donación de una imagen de dicha advocación, originaria de los Países Bajos, difundida por la infanta Isabel Clara Eugenia, gobernadora de esos territorios, como símbolo del triunfo cristiano sobre la herejía protestante. Destruido en el incendio de 1745 buena parte del convento, se llevó a cabo entre 1747 y 1761 la reestructuración del inmueble actual según proyecto del alarife Cristóbal García. Fue catalogado como Bien de Interés Cultural con tipología jurídica de Monumento en el año 2006.

Singular capilla-tribuna construida en 1715 y dedicada, junto a otras repartidas por la ciudad, a difundir la devoción a la Virgen del Socorro, imagen de Dolorosa que se venera en la cercana iglesia de Santa María de Jesús. Abierta en tres de sus frentes, sus arcos son todos de medio punto, aunque distintos; así, en la calle central presenta rosca de ladrillo y en las laterales de estuco caleado. El uso de los diferentes materiales supone una acertada culminación de la capilla, lo que determina un cierto carácter mudéjar al conjunto.

También conocida como "Puerta de Málaga" y construida en el siglo XIV, es la única que aún se conserva de la muralla de Antakira. Su construcción es de época nazarí, siglo XIII, cuando ya la frontera guerrera se iba acercando a Andalucía. Convertida después de la Reconquista en Ermita, fue modificada en su ordenación interior, aunque todavía se advierten algunos elementos de su disposición originaria.

Situada en la Plaza del Carmen en la parte más alta de la ciudad, es lo único que se conserva de lo que fue Convento de Religiosos Carmelitas Descalzos. Fundado hacia 1513 y terminado a mediados del siglo XVII, debió su apogeo en el siglo XVIII hasta la exclaustración, en que fue abandonado y demolido por su mal estado de conservación a finales del siglo pasado, conservándose únicamente la iglesia, tras importantes obras de consolidación. Destaca su retablo mayor, obra de José de Medina, en el que se abre un camarín hexalobulado.

La primera fundación en Antequera de los Franciscanos Terceros fue en el año 1519 en el lugar llamado de las Suertes, no lejos de la fuente de la Yedra. Allí comenzó a venerarse la pequeña imagen de la Virgen de los Remedios, entregada a fray Martín de las Cruces por el apóstol Santiago, según leyenda de la época, y traída repetidas veces hasta la ciudad en rogativa por causa de distintas calamidades. Lo alejado del lugar del monasterio y el aumento de la devoción de la imagen de los Remedios hizo que fuera nombrada patrona de la ciudad en 1546.

Situada en el centro de la ciudad, está constituida por una sola nave, que se cubre mediante una bóveda de cañón,y se complementa con capillas laterales en el lado del Evangelio entre los contrafuertes del muro, a las cuales se accede a través de arcos de medio punto labrados en piedra arenisca con rica molduración. En la fachada, levanta a su derecha una esbelta torre formada por tres cuerpos de altura, de estilo manierista y barroco, coronándose con un chapitel bulboso. Tras la Desamortización de Mendizábal fueron cegados los arcos de las capillas laterales, quedando iglesia y el claustro aislados.

Comenzaron las obras del Monasterio en el año 1501, bajo el patronazgo de los Reyes Católicos, durando hasta 1515. Actualmente sólo se conserva la iglesia con los restos de la tapia del compás y el claustro. Todos los muros de la nave central fueron recubiertos en el siglo XVII con un complejo programa de yeserías manieristas sobre la base de cuadros resaltados y marcos para embutir lienzos al óleo.

La primitiva iglesia de San Pedro se levanta en 1522, pero pronto resultaría pequeña comenzándose de nuevo las obras en 1574 aunque, la escasez de medios y lo ambicioso de la obra hizo que esta se prolongara en el tiempo. Por sus características, la iglesia actual se insertar en lo que se ha dado en llamar "grupo antequerano de iglesias columnarias renacentistas", al que también pertenecen las iglesias de Santa María la Mayor y San Juan Bautista; no obstante esta iglesia de San Pedro presenta la variante de cubrirse con bóvedas de crucería gótica y no con armaduras de madera.

Empezó a construirse en 1527, terminándose en el año 1615. En origen fue propiedad del Convento de los Terceros Franciscanos y desde entonces hasta la fecha ha sido objeto de numerosas reformas. De la iglesia actual, su parte más interesante es la capilla mayor, dedicada a la Virgen del Socorro, con un camarín del siglo XVIII decorado con yeserías de gran belleza. De especial importancia es la "Real e Ilustre Archicofradía de la Santa Cruz en Jerusalén y Nuestra Señora del Socorro", actual propietaria y conservadora del edificio, que conserva buena parte del antiguo y rico patrimonio de sus enseres procesionales.

Se erige como simple ermita en el año 1519. La iglesia que ha llegado hasta nuestros días debió levantarse hacia mediados del siglo XVIII, siendo obra probablemente de Cristóbal García. Desde 1822 hace las funciones de parroquia. De su estructura resulta particularmente interesante su composición exterior, en el que se fusionan con un singular acierto el concepto de la fachada-espadaña con una especie de capilla-tribuna simplificada, que se sitúa delante de la puerta general de acceso.

Este convento fue fundado en el año 1632, conservándose de la obra primitiva la portadita de regla. La iglesia actual es, sin embargo, una obra realizada entre los años 1707 al 1734. La fachada del templo responde al esquema compositivo del Carmelo reformado, que parte del tipo castellano a lo Gómez de Mora. Se trata de una composición rectangular, coronada de frontón triangular, en cuyo paño principal desarrolla una portada de dos cuerpos, donde aparecen elementos profusamente ornamentado de aplicaciones de barro cocido que desarrollan temas de la mitología clásica.

fundación de este convento data del año 1601; no obstante, la construcción de su iglesia actual corresponde al periodo de tiempo que va de 1739 a 1763. El interior de la presenta planta una central, de forma octogonal, con entrepaños cóncavos y desiguales de dos en dos, estableciéndose en un mismo eje la pequeña capilla mayor -de planta cuadrada y cubierta con bóveda semiesférica sobre pechinas- y los coros alto y bajo. El exterior es de gran originalidad: la portada, ubicada en el lado de la Epístola, presenta arco de medio punto; y en el muro de los pies del lado de la Epístola destaca la espadaña de dos cuerpos de altura con un hueco de medio punto superpuesto.

La Colegiata de San Sebastián es, en la actualidad, el resultado de las numerosas reformas y añadidos de que ha sido objeto a lo largo de varios siglos. Comenzada su construcción en 1540, se sabe que aún no estaba acabada en 1548. Su primitivo estilo es de un Renacimiento todavía indeciso, que queda evidente en los elementos de la fábrica original. De su fachada lo más interesante es la bella portada renacentista que presenta tres cuerpos, de módulo más reducido los dos superiores con respecto al primero.

Se construye este templo entre 1515 y 1550, sin que se sepa el autor del primer proyecto, luego continuado por varios arquitectos, entre ellos Diego de Vergara. Su interior responde al tipo de iglesia columnaria, no muy frecuente en Andalucía. Presenta planta basilical con tres naves separadas por altas columnas de orden jónico, que se cubren de armaduras de madera mudéjares. Su fachada principal responde al modelo de arco triunfal romano, una de las más completas del Renacimiento andaluz.

Museos y galerías

Enclavado en el conjunto del Convento de las Descalzas de San José, el museo fue inaugurado el 16 de octubre de 1999, coincidiendo con las Jornadas Europeas de Patrimonio. El patrimonio artístico acumulado durante años en este convento es de un enorme interés, por lo que el Museo incluye valiosas piezas de escultura, pintura y orfebrería.

El Efebo de Antequera, joya del Museo de la ciudad.

Tiene su origen en el ‘Museo Arqueológico Municipal’ creado en 1908, por el arqueólogo Rodrigo Amador de los Ríos. Su instalación primera se hizo en uno de los corredores bajos del Palacio Municipal, donde a lo largo de más de cincuenta años se fue reuniendo una importante colección de piezas de valor histórico, la mayoría de ellas de época romana. En 1966 se crea el Museo Municipal de Antequera, la nueva instalación se hizo en el palacio de Nájera, rehabilitado a tal efecto y cuyas obras se prolongaron hasta los años setenta del siglo XX, siendo inaugurado el 15 de marzo de 1972 por los entonces Príncipes de España, Don Juan Carlos y Doña Sofía. Entre 2009 a 2011 se hicieron obras de ampliación y mejora del Museo que desde su reapertura se llamó “Museo de la Ciudad de Antequera”. Dichas obras supusieron la rehabilitación del antiguo palacio de Nájera y la construcción de de dos edificios anexos de nueva planta.

Espacios naturales

El Paraje Natural "Torcal de Antequera" está situado en el término municipal de Antequera, y es famoso por las caprichosas formas que los diversos agentes erosivos han ido modelando en sus rocas calizas. Su extensión es de unos 20 kilómetros cuadrados y representa una muestra del paisaje kárstico de Europa. El Torcal está constituido por rocas calizas de tres tipos: oolíticas, brechoides y clásticas, todas con origen en el fondo marino durante el periodo Jurásico comprendido entre 250 y 150 millones de años atrás. Los sedimentos acumulados en el fondo del mar se agregaban mediante la acción cementadora de las sales, precipitados de la disolución marina. Empujados por las fuerzas del plegamiento alpino emergieron hasta la superficie, conservando buena parte de su horizontalidad a pesar de haber ascendido más de 1.000 m sobre el nivel de superficie de las aguas.

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